viernes, 17 de enero de 2014

17 de Enero de 2014

  Hoy hace 29 años que vino al mundo una persona muy especial para mí. Así que quiero dedicarle esta entrada con todo mi cariño. ¡Felicidades Hermano! Te echo de menos.

  Una vez mas, he dejado transcurrir tres días para acumular experiencias y sensaciones que contar. ¡Ya tenemos casa! ¡Y Bea ya tiene celular! Bien por los peruanos.

  La casa es una maravilla, nos encanta, está en un piso decimoquinto, es muy luminosa, está bien ubicada, tiene todo el mobiliario nuevo, y el edificio pone todos los pijeríos posibles a nuestra disposición: gimnasio, sauna, spa, sala de pool (un billar de toda la vida), piscina, terraza para los asados con barbacoas, o quinchos como se llaman aquí. Vamos un edificio de “cuicos”, que es el término empleado para lo que nosotros llamamos pijos. Pero no preocuparse que seguiremos siendo nosotros mismos. Lo que no quita que disfrutaremos de todas y cada una de las ventajas de vivir aquí.

  Y no os podéis imaginar la tranquilidad que da la posibilidad de comunicarme con Bea, que llevábamos una semana sin poder saber el paradero del otro y no ha sido muy agradable. De hecho, acabo de recibir un WhatsApp suyo contándome que ha llegado bien al curro, a pesar de que el microbús que enlaza el metro con el hospital se ha retrasado un poco. ¡Así si!

  Eso sí, como podéis imaginaros, entre el traslado, el equipar la casa, y las múltiples lavadoras de ropa sucia acumulada, no ha habido hueco para la vida social, y tampoco para pasear. Así que es posible que la presente entrada os esté resultando un poco tediosa.

  De todas las tareas que hemos realizado en estos días, las mas cansinas han sido las compras. Todo el día a vueltas con los distintos supermercados del barrio. Y es que es una locura, en un súper hay café pero no hay filtros de cafetera. En otro tienen los filtros pero no tienen café. En uno tienen fregona, pero no tienen cubo. En otro tiene cubo pero no fregona. Muy divertido. Por supuesto ya tengo ubicados también los bazares, las ferreterías, las panaderías y los comercios de todo tipo. Y una cosa que tengo muchas ganas de descubrir, los mercados ambulantes, hoy ponen uno en el barrio que pienso visitar en un rato. Ya os contaré que tal en mi próxima entrada.

  Por cierto, en cuanto a lo último que escribí quisiera comentar dos cuestiones. La primera de ellas es que el Pisco no es de origen chileno, aunque está tan arraigado en la cultura local que me hizo pensar que si lo era. Es de origen peruano. Mis disculpas al Perú. Por otro lado, os sorprendería que no volviera a hacer mención a las arañas. Simple terapia. Intentaba olvidarlas. Pero como me han asegurado que el edificio es tan nuevo que las malditas no han tenido tiempo de instalarse, se está disipando mi fobia.

  Estoy leyendo un libro muy recomendable de la Allende, “Inés del Alma mía”, más que nada por tener una idea de la historia de este hermoso país. Y la verdad es que empiezo a ubicar a numerosos personajes cuyos nombres son ostentados por diversas calles y plazas de esta urbe.

  ¡Ah! Y esta tarde recojo otra herramienta que preveo que nos va a ser muy útil. Le hemos comprado una bicicleta a Ale. Aquí anda mucha gente en bici, ya que el transporte público, si bien no está mal del todo, no cubre todas las zonas. Y para aquello de ir a comprar el café me va a venir muy bien.

  A ver que nos depara el inminente fin de semana.


  Continuará...




No hay comentarios:

Publicar un comentario