Hola
amigas y amigos, esta vez he dejado transcurrir un par de días más
de lo habitual para ponerme a escribir, ya que la mayoría de mis
seguidores estarán bastante entretenidos durmiendo sus resacas
carnavalescas los pocos ratos que estén en sus casas. ¡Qué
envidia! Y no sé si precisamente sana...
Pues
nada, aquí la vida transcurre de forma agradable, de asado en asado
y metiéndome en líos. El que más entretenido me ha tenido es que
he empezado a colaborar con el Blog del Camilo y Cía., “Baño Sólo
Para Clientes”, y estoy ilustrando, o intentándolo, algunos de sus
poemas para la versión en papel que sacan todos los meses, la que
por cierto se presenta al público el próximo viernes en “El
Trébol”, un bar cercano a casa. Allí estaremos.
Otra
cuestión nueva que empiezo aquí es el fútbol (por supuesto
amateur), pero ya tengo con quien echar los partiditos semanales. El
primero tendrá lugar hoy, así que en mi próxima entrada os contaré
que tal son jugando al fútbol la gente de por aquí, que viene bien
ir estudiando al enemigo para el mundial...
El
pasado viernes veintiocho, día ilustre para todos los andaluces por
cierto, vimos la final del Concurso de Agrupaciones Carnavalescas
(sí, COAC, pero voy teniendo seguidores de otros lugares y prefiero
ser explícito). A la una de la tarde estaba el menda en casa del
Camilo, ocupando el patio con la tele y veinte metros de cable de red, ya que por wifi no llegaba bien la señal hasta el patio. Por
supuesto iba cargado de bebidas y sendas viandas, algunas de ellas,
como no puede ser de otro modo acá en Chile, listas para tirar a la
parrilla. Empezamos siendo pocos, nosotros y un par de habitantes de
la casa, que si no lo he comentado, el Camilo comparte casa con tres
personas más, bueno, cuatro si contamos a la Amalia, una bebé
adorable de seis meses hija del Pini y de la Camila, que son gente
bacán y que en breve se mudan. Voy a echar de menos saludar a la
pequeña Amalia cada mañana cuando pase a buscar al Camilo para el
gimnasio. Bueno, que me desvío, a medida que fue entrando la tarde
fueron apareciendo nuevos individuos que se sumaron a tan entretenido
evento. Evidentemente esto fue en pos de la interculturalidad entre
pueblos pero en detrimento de la calidad auditiva, ya que a más
número de gente, más difícil que todos se callen a la hora de
escuchar. Aún así, pudimos disfrutar de todas y cada una de las
agrupaciones que desfilaron por las tablas del Gran Teatro Falla. Y
he de decir que estuvo bastante bien, tan sólo eché de menos al
“coro de los niños” y a “los gallitos”, que bajo mi punto de
vista son los que han soltado mejores letras en todas las fases del
concurso, y por ende, debieran haber estado en la final.
El
sábado, con una leve resaca y un poco de sueño, nos dirigimos a la
comuna de “La Reina”, donde tiene una parcela la familia del
Camilo, y dentro de la cual, su prima Danae se ha construido una casa
para ella y su pareja, el Claudio. Gente bacán como toda la que nos
estamos encontrando por aquí. Pues bien, allí iba a tener lugar y
lo tuvo, una fiesta de inauguración del nuevo hogar en cuestión,
fiesta a la que nos invitaron. En principio pensamos que se trataría
de una fiesta entre amigos, pero cuando llegamos al lugar, aquello
era como una especie de boda sencilla, en la que estaban una multitud
de amigos de la pareja así como las respectivas familias. Y allí
estábamos nosotros, aportando una sangría a un evento de cierta
magnitud, pero eso sí, sencillo, hecho por gente sencilla y para
gente sencilla. Y lejos de lo que se pueda imaginar a
priori, no nos sentimos
fuera de lugar en ningún momento, de hecho se marcharon, primero
Camilo y después, David, y nosotros nos quedamos hasta casi la
medianoche, momento en el cual, los padres del Camilo nos acercaron
hasta casa teniendo otro gran detalle para con nosotros.
El
domingo nos fuimos después de almorzar al Museo de Bellas Artes,
situado en mitad del “Parque Forestal”. Este parque es como una
especie de bulevar de un buen tamaño, en el que, no sé si sólo los
domingos, o más días de la semana, se ubican multitud de vendedores, amateurs o no, que venden ropa de segunda mano, arte y artesanía,
cachivaches, discos, aparatos en desuso... Y justo al final de la
marabunta de tenderetes se encuentra el susodicho museo, cuyas
dependencias son bastante bonitas, así como interesantes las obras
que se exponen en su interior. A mí la que mas me gustó fue una exposición no
permanente llamada “La Ruta Trasnochada”, en la que se muestran
obras de Jorge González, Carlos Araya y Mauro Jofré, de la
generación de los 80, marcada por la dictadura, y casi olvidada al
haberse convertido el arte en medio de consumo. Muy recomendable.
Pues
nada, me voy a ir despidiendo que tengo que mandar unos emilios y
hacer un par de llamadas. A nuestra gente de Cádiz, decirle que
disfruten del carnaval por nosotros y que echamos mucho de menos
colocarnos el tipo cada día de esta semana tan especial para
nosotros y para tantos otros. Brindad a nuestra salud, disfrutad de
la calle y de su arte, ya sea elaborado o espontaneo, aunque en
carnaval suelen ir de la mano. Y a nuestras respectivas chirigotas
recordarles que estaría bien recibir algún tipo de testimonio
audiovisual para que nos sintamos, aunque sea en un ratito de
fantasía, como un gaditano más. ¡Ah! Y coloretes, siempre dos
coloretes.
Continuará...
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